Tú, queriendo comprender el cómo y el por qué mis besos se volvieron cenizas.
Yo, me pierdo como ayer, entre hojas de papel intentando dibujar tu sonrisa.
No me hables de cambiar, para eso es tarde ya, de nada nos sirvieron las prisas.
No me hables de luchar, no quiero comenzar otra lista de batallas perdidas.
Y puede que esta al final, solo sea una más de nuestras relacciones suicidas.
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